Los aspectos ecológicos comienzan a introducirse en nuestras rutinas poco a poco. Ya es normal para todos encontrar alimentos más naturales, alquilar huertos ecológicos… Pero, ¿qué sucede en el sector del retail?
Haciendo memoria, ¿desde cuándo estamos acostumbrados a ver secciones de comida ecológica en los grandes supermercados? Exactamente no podría decirlo en años (con eso de que el tiempo pasa volando…), pero de lo que sí me acuerdo perfectamente es del día que lo vi por primera vez.
Cuando era niña, mis días de vacaciones los pasaba junto a mis abuelos. Lo divertido de esos días era ir al huerto y sacar montones de patatas, lentejas, tomates… Pero en realidad, no valoré realmente la calidad de todo aquello hasta que mis abuelos dejaron de tener huerto y las legumbres industriales, así como la fruta, comenzaron a desfilar por casa. ¡No tiene nada que ver!
Por ello me acuerdo perfectamente cuando vi el primer stand de alimentos eco porque recordé la calidad de los productos tratados de forma natural y cuidados con mimo, y entendí perfectamente que su precio fuese más elevado que el de la fruta y legumbres “artificiales”, puesto que sabemos que lo que estamos pagando es la calidad.
Pero, ¿podemos decir lo mismo de la ropa? El pasado mes introdujimos el concepto de moda sostenible, su implantación en el sector del retail y la necesidad de que el conocimiento de este tipo de movimientos crezca lo máximo posible para evitar la desaparición de recursos naturales y reducir el impacto medio ambiental.
Por ello, al igual que la comida rápida o fast food encontró su vertiente contrapuesta, en el mundo de la moda también se plantea la moda ecológica y sostenible en contraposición a la producción y consumo masivo de prendas que rápidamente pasan de moda.
Los beneficios, además, no sólo repercuten en el medio ambiente sino en nosotros mismos. Prendas fabricadas a base de lana de merino, por ejemplo, contienen propiedades de impermeabilidad y transpiración que permiten que con menos cantidad de ropa, vayamos mucho más abrigados y seguros puesto que son libres de sustancias químicas las cuales, en determinados casos, se ha comprobado que son nocivas para la salud. ¿A dónde van a parar esos químicos que nuestras prendas llevan cuando sudamos? ¿Qué pasa cuando un pantalón nos destiñe?… Respuestas que poco a poco iremos conociendo de la mano de The Circular Project.
¡Nos vemos a finales de Enero!
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