Earthlings es una denuncia brutal a cómo los humanos (mal)tratamos a los animales para nuestro propio beneficio
Hoy siento la responsabilidad, como nunca antes la había sentido, de compartir con todos vosotros este documental cuyo objetivo no es más que mostrar la realidad tal cual es, una realidad desnuda y sin censuras que muestra sin tapujos, lo equivocados que estamos los humanos cuando nos consideramos los dueños de la Tierra y de todo lo que en ella habita.
Este documental llamado Earthlings, que quiere decir Terrícolas en español, es una denuncia brutal a cómo los humanos (mal)tratamos a los animales para nuestro propio beneficio y conseguir ropa, alimento, experimentar científicamente, convertirlos en nuestras mascotas, etc.
Muchos criticarán este documental poniéndole la etiqueta de “otro documental apocalíptico obra de los fanáticos vegetarianos y los activistas por los derechos de los animales” y se justificarán diciendo que “la realidad no puede ser tan dramática como se pinta ahí, porque sino los gobiernos ya hubieran hecho algo para evitarlo”. Pero, la pura verdad es que ese tipo de justificaciones no son más que eso, justificaciones, para no abrir los ojos ante una realidad que por muy dura que sea está ahí. La ignorancia da la felicidad y a alimentar justamente este estado de apatía se dedica la gran cantidad de anuncios que vemos constantemente en los medios de comunicación vendiéndonos las maravillas de beber leche, comer carne, usar cosméticos, etc.
Mucho más complicado es, desde luego, salir de nuestra Zona de Confort y tener el valor de aceptar que hay cosas que no deberían seguir ocurriendo en nuestro mundo. Tener el valor de decir “Basta!” y no seguir siendo cómplices de las torturas a las que son sometidos miles de animales cada minuto para satisfacer nuestras necesidades.
Desde mi punto de vista, entiendo que los animales hayan servido de alimento al hombre desde hace millones de años. Pero lo que no es en absoluto aceptable es el trato sin piedad ni respeto alguno por la integridad de millones de animales que son encerrados en jaulas desde que nacen, hacinados y destinados a una vida pésima en la que sólo conocerán el dolor y la tortura. Porque aunque muchos piensen que los animales no sienten igual que los humanos, que analicen porqué cualquier animal cuando se le mata de forma artificial se retuerce, chilla y convulsiona antes de morir. La respuesta es sencilla: porque son seres vivos y sienten dolor.
Personalmente, ya mucho antes de ver este documental había decidido hacer ciertos cambios en mi alimentación y forma de vida por motivos personales y de salud, pero haber visto este documental no ha hecho más que reafirmarme en la idea de que hay muchas cosas que estamos haciendo mal tanto en la naturaleza como en el reino animal y esto, antes o después, nos terminará pasando factura (aunque ya lo está haciendo en cierta medida con casos como los de la vaca loca, la fiebre porcina o enfermedades que tan comunes como el cáncer, la osteoporosis, etc.)
Como individuales, tendemos a pensar que no podemos hacer nada para cambiar lo que ocurre en el mundo, y en cierto modo puede que sea verdad. Pero también es muy cierto que los humanos funcionamos por imitación (seamos conscientes de esto o no) y cuantos más seamos los que nos atrevamos a poner nuestro pequeño grano de arena y luchar en contra de estas atrocidades, más esperanza habrá para pensar que algún día las cosas cambiarán y empezaremos a tratar a todos los seres vivos de la Tierra con el respeto que se merecen.
Creo en un mundo mejor. Creo que los humanos somos buenos por naturaleza, pero también creo que hace falta una gran dosis de realidad, por muy brutal que sea, para hacer cambiar el pensamiento global de una sociedad. En la actualidad, documentales como este nunca serían aprobados para ser emitidos en las grandes cadenas generalistas de cada país, porque entre otras cosas, haría que la gente abriera los ojos y empezara a pensar y tener conciencia real de muchas cosas que dan por normales, y empezaran a buscar responsables…dándose cuenta de que los principales responsables son cada uno de ellos cada vez que compran un brick de leche, se comen un filete de carne o visten una chaqueta de cuero. Esto pondría en jaque a muchos gobiernos y, sobre todo y principalmente, a las grandes multinacionales que trafican con los animales para unos u otros usos.
Estamos en un mundo manejado por el poder del dinero y no la razón, la lógica o el respeto a todo lo que nos rodea, pero creo que cada vez más personas se atreven a pensar y a querer cambiar su mundo. Y es que, los pequeños cambios que cada uno de nosotros hagamos en nuestra vida son los que al final cuentan. No podemos luchar contra las multinacionales o los anuncios publicitarios, pero sí podemos crear de nuestra vida un ejemplo para los demás, y sobre todo, aquellos que más nos quieren, desprendiendo valores, conciencia y bienestar.
Para terminar, solo me queda decir que si después de leer este post decides ver el documental, intenta abrir tu mente al máximo e intenta sentir, aunque te duela y no sea agradable, porque de los sentimientos más intensos es de donde realmente salen las grandes decisiones y cambios en la vida.
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