Siempre se puede hacer algo para cambiar nuestros hábitos de consumo y hacerlos más responsables y conscientes. Hoy te propongo 3 pequeñas acciones que te ayudarán a elegir mejor al momento de realizar tus compras

Ya ha pasado la Navidad…y ¡ahora llega la cuesta de Enero con las Rebajas!En estas épocas de consumo desmesurado es cuando hay que tener mucho más en cuenta qué tipo de productos estamos comprando porque con cada compra que realizamos estamos emitiendo un voto por el tipo de sistema que queremos.

Seguro que si todos los consumidores pudieran ver quién realmente ha hecho sus zapatos, cómo se ha confeccionado el abrigo que tanto desea o los miles de litros de agua que se han utilizado para crear un jersey, seguramente el modo de consumir cambiaría radicalmente.

La verdad es que es complicado cambiar un sistema gigante y tan poderoso como es el de la industria textil. Sin embargo, no es cierto que cada uno de nosotros no podamos hacer nada para cambiarlo.

En realidad con pequeñas acciones diarias y cambiando pequeños hábitos de consumo estaremos aportando nuestro voto por un mundo diferente y mejor el día de mañana.

Por ello, te propongo 3 cosas que puedes hacer para tomar mejores decisiones a la hora de comprar ropa o cualquier otro producto:

– Busca información. Aprende sobre la marca de ropa que más te guste y que sueles comprar habitualmente. Busca y compara información en su web oficial y en blogs alternativos sobre el origen de sus materiales, cómo y dónde producen, qué filosofía siguen, etc.

– Compra de forma consciente y no por impulso. Una vez hayas hecho tu labor de investigación y vayas a comprar ropa, hazte la siguientes preguntas: ¿Realmente lo necesito? ¿Cuántas veces me lo voy a poner? ¿Lo querré seguir llevando el próximo año? ¿Cuánto tiempo me va a durar? ¿Tengo ropa que aún puedo seguir utilizando y que haga la misma función?, etc.

– Lee la etiqueta. Además de lo bonita que puede ser la prenda que vayas a comprar, busca la etiqueta de la prenda y mira bien donde se ha producido y los materiales con los que está hecha. Esto te dará, entre otros aspectos, una visión general de la trazabilidad de la prenda sabiendo donde se produjo (en una gran parte de los casos las prendas de ropa que compramos en los grandes almacenes o franquicias han dado al menos la vuelta al mundo una media de dos veces).

Y recuerda que no hay nada más sostenible que algo que ya existe.

Termino el post de hoy con un vídeo muy interesante para reflexionar y que habla de forma muy clara y visual del sistema en el que se basa nuestra economía capitalista. Espero que lo disfrutes 🙂