Salir de la zona de confort es necesario para evolucionar y conocerse a uno mismo
La zona de confort está formada por todo aquello que ya conocemos y controlamos en nuestra vida. En esta zona nos sentimos tranquilos y relajados porque las cosas ocurren de una determinada manera y sabemos, con gran certeza, cuáles son sus consecuencias e implicaciones. En definitiva, es un lugar donde nos encontramos tranquilos y a gusto.
Entonces ¿por qué tendríamos que querer cambiar y salir de la zona de confort? Lo que ocurre al estar dentro de nuestra zona de confort es que nos limitamos a hacer cada día todas aquellas cosas que ya conocemos y nos ponemos barreras para seguir avanzando, limitando así nuestra realidad a solamente aquello que podemos controlar. Sin embargo, si queremos avanzar en la vida necesariamente tendremos que salir de nuestra zona de confort. Las decisiones de cambio siempre implican un paso hacia delante y romper ciertas barreras que antes conformaban nuestra realidad y es normal sentirse confuso, ansioso e incluso asustado porque dejamos atrás todo aquello que nos es conocido para abrazar nuevas situaciones y experiencias de las cuales no sabemos o preveemos su resultado.
El cambio es una de las cosas más complicadas para el ser humano, porque implica hacer frente a muchos miedos, limitaciones, prejuicios, etc. que han guiado tu vida hasta el momento. Significa tener mucha fuerza personal y decidir cambiar a pesar de que al principio se tenga una gran sensación de vértigo en el estómago. El no saber que va a venir después nos provoca esa sensación interna y la clave está en saber verla y gestionarla para que en lugar de ser tu gran enemigo en el proceso de cambio, sea quien te ayude a sacar todo lo mejor de ti.
Para conseguir brillar en la vida y, lo más importante, cumplir tus sueños es necesario salir de nuestra zona de confort. Luchar por aquello que uno quiere es muy complicado a veces, y el primer enemigo que hay que vencer es uno mismo. Nuestro cerebro actúa siempre evitando el dolor. Por ello, es él quien nos da excusas (más que argumentadas) para no tomar ciertas decisiones. Está en nuestro ADN el instinto de supervivencia y nuestro cerebro funciona así de forma automática. Pero esto no significa que tengamos que dejarle ganar la batalla. Hay que encontrar aquellas razones fuertes que te animan a salir de tu zona de confort.
Saliendo de esta zona el horizonte se desdibuja y todo parece posible. Aprendes a vivir desde una nueva perspectiva, adoptando los cambios como algo inherente a tu día a día. Creciendo, mejorando, conociéndote mejor a ti mismo, y atreviéndote a soñar y sintiéndote capaz de lograrlo. Para cada persona salir de la zona de confort implica diferentes cosas (dejar de comer de una determinada manera, decidir empezar a hacer deporte, dejar de fumar, aprender nuevos idiomas, cambiar de trabajo, etc.)
Las mejores experiencias de tu vida están ahí fuera, solo tienes que levantarte y decidir ir a por ellas.
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